domingo, agosto 18, 2013

Francisco de Terrazas

A UNA DAMA QUE DESPABILÓ UNA VELA
CON LOS DEDOS

El que es de algún peligro escarmentado,
suele temerle más que quien lo ignora,
por eso temí el fuego en vos, señora,
cuando de vuestros dedos fue tocado.

Mas, ¿vistes qué temor tan excusado
del daño que os hará la vela agora?
Si no os ofende el vivo que en mí mora
¿cómo os podrá ofender luego pintado?

Prodigio es de mi daño. Dios me guarde
ver al pabilo en fuego consumido
y acudirle al remedio vos tan tarde,

señal de no esperar ser socorrido
el mísero que en fuego por vos arde,
hasta que esté en ceniza convertido.

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